EL CONCEPTO DE PADRE A TRAVÉS DE LA HISTORIA

El concepto de padre a través de la historia ha ido evolucionando paralelamente al de familia:
  • Antes del padre existe el cabeza o jefe, fundador de una sociedad. Después del control de las tribus o clanes, vendrá el hombre que pueda tener hijos con una mujer. Nace el concepto de padre y de aquí el de familia, así como los comportamientos de protección y de transmisión de una educación.
  • En Grecia y Roma no era suficiente la paternidad biológica, el padre debía reconocer al hijo o hija y podía hacerlo con uno que no fuera biológico.
  • El cristianismo hace que la paternidad sea más espiritual que biológica.
  • Durante el primer milenio después de Cristo, la mujer representa las tentaciones de la carne y está considerada como un ser inferior. A veces se le niega el derecho a pertenecer al grupo de los que piensan.
  • Hay que esperar hasta el siglo XI para que el matrimonio sea un sacramento y se condenen el repudio y el concubinato. Las mujeres pueden acceder tímidamente a tener un lugar en la familia.
  • En el discurso humanista la educación y la relación afectiva irán muy ligadas.
  • Rousseau introduce la idea de que el niño necesita su medio natural para desarrollarse. A través de la unión estrecha con la madre, el niño entrará en contacto con el padre.
  • En el siglo XVIII se pasa de una situación en la que el padre tiene todos los derechos y por tanto, también deberes.
  • La Revolución Francesa limita el poder del padre de familia que retorna a partir de Napoleón.
  • En el siglo XIX el Estado empieza a intervenir en los asuntos privados de la familia y puede deslegitimar a los padres que maltratan.
  • Durante el siglo XX, la familia va abandonando su composición tradicional en la que suelen coexistir la producción, el consumo y la reproducción, al tiempo que es la transmisora de los valores, linaje, religión y vigilante de la legitimidad. El progreso, las guerras y los estudios, les van dando a las mujeres, la posibilidad de ocupar un lugar más relevante en la sociedad.
  • Los 60 son la apoteosis de la familia nuclear fusional que se caracteriza por la dependencia entre hombre y mujer. El hombre es el que trabaja y sustenta económicamente a la familia. La mujer es la que se encarga de la crianza y de las tareas domésticas, quedándose en la esfera privada.
  • La familia post-patriarcal o actual se caracteriza por una igualdad en los roles que antes eran de género. Es necesario destacar que son las mujeres con un mayor nivel socioeconómico y cultural, las que llevan la iniciativa en la reforma feminista actual. De hecho la mujer asalariada o que vive en el campo, siempre ha trabajado y se ha encargado de la crianza y de las tareas domésticas, pero es ahora, cuando las mujeres tienen más fuerza en las reivindicaciones de igualdad, cuando acceden a lugares de decisión, y se equiparan en responsabilidades y económicamente, con los hombres.
  • Esta nueva situación precisa de una equiparación de los roles en la esfera privada y el hombre no lo está asimilando tan deprisa. Las relaciones ya no son de autoridad y dominio del hombre sobre la mujer, sino que requieren un uso del diálogo y de la cooperación. Son unas relaciones de progreso en tanto y cuanto reflejan el quehacer democrático de la sociedad, pero por las dificultades que conllevan, pueden aumentar el grado de conflictividad dentro de la pareja.
  • En los países industrializados el Estado asume tareas que eran de la familia: educación, sanidad, pensiones, legitimación…, con lo que los individuos de la familia dependen directamente del estado y del mercado. Se va creando una sociedad de individuos, más que de familias.
  • También ha contribuido a la pérdida del peso cuantitativo de la familia, el aumento de la esperanza de vida –que en el último siglo ha pasado de 36 a 80 años–, el control de la natalidad y el desarrollo de los movimientos feministas que ayudan a liberarse de la losa que suponen las identidades estereotipadas de género. Esto ha hecho que bajase la tasa de fecundidad, disminuyendo la presión sobre la familia como la encargada de asegurar la supervivencia.
  • Los padres de familia dejan de actuar como intermediarios del orden establecido y los hijos y las mujeres ya no se sienten sometidas. Aumenta el carácter psicológico tanto de las relaciones íntimas como de las familiares. Pasan a un primer plano el deseo y los sentimientos y se quiere que la unión de la pareja sea sentimental, afectiva y sexual.
  • El papel del padre en esta situación de cambio necesita ser redefinido y reafirmar su presencia en la familia. Desprovisto de su papel tradicional de conferir una identidad y un lugar en la estructura social, hace falta que encuentre ahora su papel en la nueva familia más democrática y diversa.

Eduardo Montoro

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